Hay grupos que viven de la fama de los viejos días y en esa categoría tenía yo metidos a los barbudos de ZZ Top, hasta que un día me encuentro este tema por casualidad, que ni podía creerme que fuera suyo.
Hay grupos y cantantes que tienen una buena época, que sacan 2 o 3 discos buenos, pero que la creatividad se les agota o no la necesitan, porque se tiran el resto de su carrera tocando una y otra vez los mismos temas, sabiendo que el público quiere algo que conoce y pasarlo bien. Ahí tenemos, por ejemplo, a Britney Spears, que desde hace más de una década se dedica a repasar las mismas canciones en Las Vegas y alguna gira internacional, con bastante éxito. ¿Para qué complicarse la vida?
Siempre me ha gustado ZZ Top, no sólo por sus canciones, sino por el estilo y esa mezcla de parodia, humor ligero y fantasía que tenían muchos de sus vídeos en los años 80, en los que a menudo aparecían como un trío de «hadas madrinas» que rescataban a los protagonistas de sus problemas. Otro día hablaré de Legs.
Pero tras aquella época, parecía que el grupo se había estancado y que había caído en la complacencia de tocar una y otra vez La Grange (que también comentaré), Sharp Dressesd Man y el resto de temas que les pusieron en lo más alto de las listas de venta hace tres décadas. Ya sabes, los viejos rockeros nunca mueren.
Y en esas que un día oyes una canción distinta, con una extraña mezcla de guitarra distorsionada, ritmo pegadizo y letra absurda que te llama la atención. Ves el vídeo en YouTube y te llevas la sorpresa de que es de nuestros amigos de Texas. Pegadiza, rítmica y con todos los elementos clásicos de la banda que harán que cualquier feminista o partidario de la corrección política le dé un ataque al corazón: coches tuneados, chicas con vaqueros muy cortos y esa estética hard-rock socarrona que tanto nos gusta.
Más sorprendente es enterarme de que la canción es una versión de un tema rap de finales de los 90, 25 Lighters de DJ DMD, que en la letra hace referencia a la costumbre de vaciar los mecheros y llenarlos de crack. Muy edificante. Cuenta Billy Gibbons que todo el asunto fue una coincidencia, ya que durante un tiempo tuvieron que dejar su estudio habitual por unas obras de reforma y trabajar en John Moranz Digital Services, especializados en rap y hip-hop. Allí se toparon con el tema y entre unas improvisaciones y otras terminaron pensando en adatarlo a su estilo. La anécdota termina con la curiosidad de que fue la hija de 14 años de uno de los compositores originales la que dió su aceptación a esta versión, al escucharla por teléfono.
La letra es bastante absurda, con una cadencia repetitiva de la palabra «tweny-five», muy en el espíritu del rap original, en el que el cantante se jacta de meterse uno detrás de otro varios tiros de crack de esos 25 mecheros en cadena. Pero bueno… hay canciones peores y una letra cuestionable no invalida la otra mitad de la canción, que es la parte musical, mucho mejor en esta versión que en el original de 1998. Espero que te guste 🙂
Video-clip: