Bohemian Rhapsody (Bohemian Rhapsody, 2018)

No voy a caer en los excesos que están sacudiendo el mundo ante Bohemian Rhapsody, poniéndola como lo mejor que se haya podido hacer en biografías de cine, pero tampoco voy a negar que es una buena película, que evita caer en el morbo fácil y nos acerca a las personas que hay detrás de los artistas.

Hace años se puso de moda la expresión aquella de «sexo, drogas y rock-and-roll», construyendo el mito de que los músicos debían tener una vida desenfrenada. Pero el camino del paraíso de la música está salpicado de ídolos caídos y ese lema tiene su peaje en el sufrimiento que padecen las personas que son esos artistas.

Claro, te pones a leer historias sobre Joe Coker, Jim Morrison o Janis Joplin, famosos por sus desmadres con drogas y alcohol, y te quedas un poco sorprendido, porque parece que esa combinación de talento creativo tiene que ir asociada, inevitablemente, con una cierta inestabilidad o degradación personal. En el caso de Queen, que es uno de los grupos de más éxito de la historia de la música, el personaje de su cantante y líder, Freddy Mercury, era una tentación demasiado fuerte. Es que tiene todos los elementos para inspirar una película provocativa, con una vida de drogas, sexo y alcohol, que terminó en su prematura muerte a los 45 años por complicaciones del SIDA.

Cuando hace unos años empezaron a circular rumores de que Sacha Baron Cohen podía interpretarle, la reacción inicial fue muy positiva, hasta que todo se fue al traste porque el actor exigía que el guión se centrara en las extravagancias de Mercury y no en su vida, su música o la formación del grupo. Es decir, caía de pleno en la tentación que acabo de mencionar.

Dos años después, varios actores después, muchos retoques de guión después, nos llegaron unos cuantos avances en los que veíamos a un Rami Malek tomando el micrófono y enfundándose las camisetas y leotardos apretados que exhibía en los conciertos, aparte de colocarse ese bigote tan característico de los años 80. Y a mí, que quieres que te diga, me generó cierto repelús. Porque si bien la gestualidad y el ambiente parecían logrados, esos ojos saltones y una sonrisa un poco tonta me provocaban algo de rechazo. Tengo que decir que me encanta Queen y temía por el desarrollo de la historia tras el fiasco de Cohen.

Oye, pues qué equivocado estaba, porque la verdad es que se ve muy bien, mantiene el ritmo de una forma bastante decente y los diálogos no suenan a lata vacía. Han conseguido hacer una película retratando a los componentes del grupo como músicos apasionados por lo que hacen, pero también como personas sometidas a frustraciones, miedos y problemas como cualquiera, sin que el dinero ni la fama resuelvan ninguno de ellos.

La homosexualidad, la droga o los problemas personales se muestran con naturalidad, sin recrearse en ellos ni usarlos como sustituto morboso de la historia y la música… ahh, la música, forma parte de la historia como un personaje más.

Para los amantes del detalle, hay cameos fantásticos como el de Mike Myers muy al principio, interpretando al codicioso magnate de la industria musical que no aprecia el talento de los músicos y deja escapar la oportunidad del éxito. Y es fantástico porque Myers fue el responsable en gran medida del éxito de Queen en Estados Unidos tras meterlo en una escena hilarante al inicio de El Mundo de Wayne.

Las inexactitudes históricas, las omisiones, los retoques, los fallos y las licencias artísticas están por todas partes, pero hay que recordar que no estamos viendo un documental, sino una película, cuyo fin es entretener. Y ésta lo consigue bastante bien, hasta el punto que sales del teatro con una sensación positiva y ganas de retomar el contacto con la música de Queen, si es que no la conocías o lo perdiste en algún momento.

Trailer:

Bohemian Rhapsody (2018)

$19,99
7.2

Premisa

6.0/10

Guión

6.0/10

Interpretación

9.0/10

Producción

8.0/10

Factor "la volvería a ver"

7.0/10

Pros

  • La interpretación de Rami Malik
  • La música de Queen
  • La sensibilidad del guión

Cons

  • No ponen nada de Flash Gordon (inconcebible)
  • Profundizan poco en el resto de Queen
  • La superficialidad del guión