Acoso (Disclosure, 1994)

Una de las cosas que más me gustan en el cine son las películas que parece que tratan de una cosa, pero en realidad lo hacen de otra. Acoso «parece» una película sobre acoso sexual y reivindicación femenina, pero en realidad trata de algo muy distinto. Un thriller imperfecto, pero interesante.

En las últimas décadas estamos viviendo una revisión de los roles y relaciones sociales entre hombres y mujeres, de forma que la dominación sexual, que de ordinario ha sido ejercida por el sexo masculino, se ha visto cuestionada y denunciada. Ya no es «normal» que se pellizque a la camarera que te trae la cerveza o que se considere que la secretaria tiene otras funciones, aparte de gestionar la agenda de citas o el papeleo. Se ha impuesto el dogma de que el acoso es una agresión masculina pero, ¿qué pasaría si ocurriera a la inversa? ¿Es posible que el acoso no tenga nada que ver con la fuerza física?

Estas son las preguntas que plantea la película que tenemos entre manos y por eso te decía que «parece» que trata de una cosa, pero en realidad trata de otra. Porque el cebo con el que se publicitó este título de 1994 era el intenso erotismo que debían despertar las secuencias de sexo entre sus protagonistas. Por un lado teníamos a Demi Moore, en la cima de su carrera, con enormes éxitos en su haber como Ghost o Algunos Hombres Buenos, y por otro lado a Michael Douglas, que llevaba años protagonizando un éxito tras otro, como Wall Street o Tras el Corazón Verde.

El morbo estaba asegurado, no sólo por la notoriedad de los protagonistas, sino por las circunstancias que les rodeaban. Moore había sido modelo erótica en sus años jóvenes, apareciendo desnuda en las páginas de Penthouse, y Douglas estaba a punto de entrar en rehabilitación por sus adicciones al alcohol, las drogas y el sexo.

Bueno, pues la película NO VA DE ESO. La secuencia de sexo es sólo una, está al principio y no es que sea ni muy larga ni muy explícita, aunque sí que tiene un diálogo de lo más explícito y provocativo que se ha oído en una pantalla de cine comercial. Pero es Meredith, el personaje de Demi Moore, el que acosa a Tom, Michael Douglas. ¿Cómo es posible? Pues porque, como dice uno de los abogados, el acoso no tiene nada que ver con el sexo sino con el poder. Quién tiene poder sobre el otro es quien puede acosar, que es una variante de una famosa cita de Orwell en 1984 que dice que quien puede hacer daño a otro es quien tiene el poder.

La historia que rodea el acoso no es un simple telón de fondo, sino que es un marco perfecto para entender la situación. En medio de una fusión de empresas, el personaje de Douglas es un estorbo para los planes de la directiva y hay que quitárselo de en medio. Cómo lo hacen, cómo se enfrenta a ello y cómo se comporta el resto de personajes de la trama es lo que hace interesante la película, y no unos minutos de jadeos al principio.

Los secundarios son bastante interesantes, especialmente Donald Sutherland en el papel de directivo manipulador y sin sentimientos. Igualmente interesante es la tecnología que se despliega. En los 90 empezaba a tomar impulso la informática multimedia y los primeros sistemas domésticos y de oficina que podían reproducir animaciones en tres dimensiones en tiempo real, de forma que en esta película tenemos la oportunidad de ver uno de los primeros sistemas comerciales de inmersión casi completa en un entorno de realidad virtual dinámica, veinticinco años antes de los trajes interactivos de Ready Player One.

Todo esto no quiere decir que la película sea perfecta, que no lo es. El ritmo tiene muchos altibajos y está claro que hay momentos de relleno que te aburren. Pero el conjunto es interesante, la historia es distinta a lo que estamos acostumbrados a ver y el desenlace tiene su buena dosis de sorpresa. No es para menos, siendo una adaptación de la novela del mismo título, escrita por Michael Crichton, que en los 90 era el autor de tecno-thriller más codiciado del mundo, después de haber dado el pelotazo con Parque Jurásico o la serie de televisión Urgencias.

Una nota curiosa. Esta es una de las pocas películas en las que la banda sonora de fondo llega a ser molesta y no acompaña bien el ritmo del montaje. Pero, en conjunto, es una película interesante que te recomiendo ver al menos una vez para preguntarte si el acoso tiene que ver con el sexo o el poder.

Trailer:

Acoso (1994)

Desde 23'96 €
7.2

Premisa

9.0/10

Guión

6.0/10

Interpretación

7.0/10

Producción

8.0/10

Factor "La volvería a ver"

6.0/10

Pros

  • La premisa, que plantea una buena pregunta
  • Los secundarios, muy bien todos
  • La historia de fondo

Cons

  • El guión, con muchos altibajos
  • La secuencia de realidad virtual, de relleno
  • La banda sonora, intrusiva